Los 7 mejores chiringuitos en Alicante para este verano
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Los chiringuitos en Alicante son un plan fijo cada verano. Ya sea para comer con vistas al mar, tomar algo después de la playa o arrancar un buen tardeo, la provincia está llena de opciones.
La Costa Blanca es conocida por sus playas paradisíacas, su vibrante vida mediterránea y, por supuesto, su increíble oferta gastronómica. Desde bares con vistas espectaculares hasta restaurantes que ofrecen la auténtica esencia de la zona, elegir los mejores chiringuitos de Alicante es una decisión difícil (pero no imposible).
Si lo que buscas es un ambiente playero relajado acompañado de fantásticas vistas al mar y buena cocina, en esta selección te traemos los más bohemios y los más auténticos. ¡Toma nota!
1. Lulú Beach Club (Jávea)
Lulú está escondido entre limoneros y el Montgó, lejos de la playa, pero justo donde empieza el descanso. Aunque técnicamente el término chiringuito se le queda muy escaso, es un espacio con muchísimo encanto, y sus vibes son de pura playa: terraza ajardinada, flora tropical, camas lounge, rincones de sombra, detalles cuidados y un ritmo boho que lo impregna todo.
La carta mezcla cocina mediterránea con platos muy internacionales, al igual que la audiencia que lo frecuenta. Hay ceviches, ensaladas, carnes bien tratadas, algún toque asiático y una buena selección de vinos y cócteles.
Lo que más nos gusta es el ambiente cosmopolita y ese toque bohemio que te hace dudar de si estás en Alicante o en Bali.
Tiene zona muy amplia de parking en tierra a la entrada, aunque se aconseja reservar (especialmente en días de fiestas temáticas).
2. Cala Clemence (Portitxol, Jávea)
Situado sobre una pequeña elevación frente a la Cala Portitxol, Cala Clemence tiene una de las mejores vistas de la costa alicantina. El acceso no es fácil si llevas prisa (la pendiente para bajar en coche te hará dudar de si estás yendo por el camino correcto), pero podemos garantizar que vale la pena. Desde la terraza se ve el mar en estado puro: aguas turquesas, barcas pequeñas, e islotes que huelen a cuentos de piratas.
A lo largo del día, este sitio se transforma desde un tranquilo lounge para desayunar antes de bajar a la cala, hasta un animado bar nocturno donde llega la gente más bohemia de la zona.
En carta: platos internacionales, pescados, alguna que otra carne, y mucha tapa para compartir acompañada de uno de sus cocktails. Obligatorio completar la experiencia con una foto en la famosa puerta azul del Portitxol.
3. Baños Sunshine (Les Deveses, Dénia)
En plena playa de Les Deveses, los Baños Sunshine mezcla lo mejor de un chiringuito de siempre con un coffee shop recién sacado de Tailandia. Entre maderas, mimbres, redes, y una decoración que parece haber llegado por mar, los Baños es una joya que no te esperas en plena carretera de Les Marines, entre Dénia y Oliva.
El chiringuito tiene dos espacios: una especie de jardín exterior con camas balinesas, cactus y buganvillas, y una cubierta con espectaculares vistas a la recién renovada playa.
En su carta encuentras desayunos básicos, cócteles muy bien preparados y una carta de tapas sencilla pero bien resuelta, con un par de opciones de arroces. También organizan sesiones de yoga en verano, espectáculos de fuego al anochecer y mantienen un ambiente tranquilo. Aunque la mayoría de la clientela es internacional, aquí se ve más residente de la zona que turista esporádico, como en los otros.
Si buscas desconectar en un sitio sin masificar, este sitio es un acierto.
4. La Bandideta (Granadella, Jávea)
La Bandideta no es precisamente un secreto. Con su decoración rosa y enclave privilegiado en plena entrada a la cala Granadella, merece su sitio como uno de los chiringuitos más icónicos de la Costa Blanca. Eso sí, encontrarla abierta fuera de temporada alta es casi igual de complicado que aparcar en la Granadella en julio, aunque su consigna sea “abierto con sol”.
En todo caso, es un sitio que nos encanta para ir sin expectativas (y sin prisas), a dejarse sorprender por una carta que tiene desde desayunos hasta arroces y una amplia variedad de platos mediterráneos.
Su hermana mayor, el restaurante Cala Bandida (en la zona urbana de Jávea) es también uno de los mejores enclaves de la zona para una cena especial.
5. Algas L’Andragó y Bar La Cabana (Moraira)
No muy conocido fuera de los círculos que frecuentan Moraira, Algas L’Andragó es una interesante propuesta a pie de mar.
Sus vistas increíbles y la amplia variedad de cocktails lo convierten en un sitio ideal tanto para una cita, como para ir con amigos. Aunque no hay mucha variedad de comida, los platos resuelven (hamburguesas, tapas, fish&chips).
Para una propuesta gastronómica más elevada, proponemos cruzar la calle a Bar La Cabana. De bar solo tiene el nombre: tapas fusión entre Asia y el mediterráneo, y un rooftop que es la envidia de la zona para ver el atardecer.
Un 2x1 en Moraira ideal para empezar (o alargar) la noche.
6. El Cranc (Altea)
El Cranc es uno de esos sitios elegantes, bohemios, chics, donde ir y dejarte ver. Su carta es más propia de gastrobar que de chiringuito, pero su ambiente relajado y su situación junto a la playa lo dejan un poco en tierra de nadie. Eso sí, nada de venir en traje de baño: en este local de la playa de la Olla la clientela es más de camisa de lino que de camiseta.
Sus platos son un homenaje a la cocina mediterránea más local: clotxinas, sepiones, gambas, y una amplia variedad de arroces.
7. La Siesta (Jávea)
No podíamos terminar este ranking sin mencionar a uno de los chiringuitos más icónicos de la Costa Blanca: La Siesta. Aunque sus precios no son bajos y en verano tiende a masificarse, este beach lounge a pie de playa es parada obligatoria de turistas y locales en las largas noches de verano.
En su carta, básicos como pizza, bocadillos, sushi, y platos de esencia local, aunque adaptados al gusto internacional. Su variada carta de cocktails de autor lo convierten en un punto perfecto para cerrar la jornada de playa y comenzar un más que merecido tardeo.